En nuestro rostro se da un elemento que, a parte de su función auditiva, nos puede producir un malestar estético considerable: las orejas. Si éstas aparecen despegadas y con un ligero o gran vuelo podemos tratarlo con la otoplastia, una intervención quirúrgica que evitará un problema que afecta a muchas personas a nuestro alrededor.
La otoplastia es un procedimiento quirúrgico que reposiciona las orejas prominentes de tal manera que quedan más pegadas aportando al rostro armonía.
Las orejas en asa (comúnmente conocidas como orejas de «soplillo») son una de las deformidades congénitas más comunes del ser humano. Al contrario de lo que popularmente se cree, no se debe a una postura errónea del bebé al estar tumbado sino a un defecto congénito en la última fase de la formación del pabellón auricular cuando debe plegarse sobre sí mismo y no completa el proceso. Esta tendencia suele heredarse genéticamente. Al ser una deformidad congénita, debido a la poca agresividad de la cirugía, y a que, los niños que presentan orejas en asa, a veces están muy acomplejados por sufrir burlas de otros niños, y desean evitar el rechazo y «sentirse normales», la otoplastia constituye uno de los pocos procedimientos que las sociedades científicas permiten realizar en menores, evidentemente, con el consentimiento de sus padres o tutores legales. Evidentemente, esta cirugía también está indicada en la edad adulta.
La otoplastia es una cirugía que requiere un buen diagnóstico para determinar en cada caso, de modo personalizado, cuál es el componente de la oreja que sobresale más, o qué componente no tiene una forma adecuada. Sólo un estudio detallado permite determinar la técnica más idónea para cada caso (existen varias técnicas descritas), y se pueden proporcionar los mejores resultados.
La duración de la intervención es de aproximadamente entre 1 y 2 horas
El alta hospitalaria se da pocas horas después de la intervención. Después de la intervención se coloca un vendaje en la cabeza y se retira a las 24-48h, después es necesario llevar una cinta auricular (como una diadema de tenis) durante 2-3 semanas
El único hilo de sutura, que recorre la incisión que va escondida en el pliegue de la parte posterior de la oreja, se retira a los 12-15 días.
¿Qué resultados voy a obtener?
La intervención se realiza a través de una incisión que va escondida en la parte posterior del pabellón auricular, con lo que la cicatriz queda completamente escondida detrás de la oreja.
Tras una otoplastia el resultado no es inmediato, como en la mayoría de procedimientos quirúrgicos, sino que hay que esperar a que desaparezca el edema o inflamación postquirúrgica, que dura unas cuantas semanas. Tras ese tiempo, los resultados suelen ser permanentes.
Esta intervención aporta un enorme confort y satisfacción por sus resultados al resolver de forma natural la forma de las orejas que por desgracia tantos complejos produce.
Consulta este tratamiento en nuestra clínica.