Blefaroplastia

¿Qué es y para que sirve?

  • La blefaroplastia (en griego, «corrección de la mirada») es la cirugía que permite corregir los problemas de envejecimiento o congénitos en los párpados.
  • La blefaroplastia superior (cirugía del párpado superior) es una técnica clásica que ha sufrido pocos cambios en los últimos años. Fundamentalmente se basa en extraer el exceso de piel que hay, así como el exceso de grasa que puede existir en las zonas media e interna del párpado superior. A la vez hay algunas técnicas que sirven para marcar el surco del párpado. Siempre se hace coincidir la cicatriz de blefaroplastia con el nuevo surco del párpado, para así disimularla al máximo.
  • La blefaroplastia inferior (cirugía del párpado inferior) se puede realizar de dos formas diferentes:
  • La blefaroplastia clásica o transcutánea. Consiste en realizar una incisión por debajo de las pestañas y, a través de ésta, acceder a las bolsas de grasa para poder extraer el exceso. Al mismo tiempo también se puede extraer piel si sobra. Es la técnica más sencilla, pero a la vez, la que puede tener más complicaciones asociadas si no se realiza intentando no retirar demasiada piel, y debe realizarse siempre con criterios de prudencia y naturalidad.
  • La blefaroplastia transconjuntival. Es una técnica reciente que permite evitar el ectropion (más adelante se explica qué es). El acceso a las bolsas palpebrales se hace por dentro de la conjuntiva, sin que haya ninguna cicatriz externa. Esto hace que el párpado no se pueda acortar. Gracias a la alta capacidad de retracción de la piel del párpado inferior, la laxitud media se adapta muy bien y el resultado final es muy bueno. Por desgracia, esta técnica no se puede utilizar en personas que tienen una laxitud cutánea del párpado inferior muy grande, o en personas de edad muy avanzada.

¿Cómo se aplica?

  • La blefaroplastia es una cirugía que requiere una visita diagnóstica inicial, que es muy importante para determinar cuáles son los defectos del área periorbitaria y determinar cuál es la forma más adecuada para solucionarlos.
  • La duración de la intervención es de entre 1 y 2 horas.
  • Antes de la intervención siempre será necesario realizar unos exámenes preoperatorios para comprobar la idoneidad del estado de salud del paciente para afrontar la cirugía.
  • El tipo de anestesia que se utiliza habitualmente es la anestesia local con sedación. Esto quiere decir que se induce un sueño suave al paciente y se aprovecha esta situación para inyectar el agente anestésico en los párpados. Después el paciente puede estar despierto o continuar dormido durante la intervención.
  • Después de la cirugía se colocan unas tiritas en los párpados, que se mantienen durante una semana. El alta hospitalaria se da pocas horas después de la intervención.
  • En la blefaroplastia del párpado superior, el único hilo de sutura, que recorre la incisión que va escondida en el pliegue del párpado, se retira a los 10-15 días.
  • En la blefaroplastia del párpado inferior por vía transcutánea (abierta), los pequeños puntos de sutura se retiran a los 12-15 días.
  • En la blefaroplastia del párpado inferior por vía transconjuntival (interna), no hay puntos de sutura para retirar.
  • El postoperatorio es muy variable en cada persona. En general podemos decir que la blefaroplastia es una técnica no dolorosa, pero que puede generar molestias como son el lagrimeo o la sensación de hinchazón y pesadez ocular. Lo más evidente del postoperatorio es la inflamación de los párpados. Esta inflamación empieza a ceder a la semana, y puede persistir unas semanas más pero de modo cada vez menos evidente. Juntamente con la inflamación pueden aparecer morados, que desaparecen entre los 5 y los 10 días después de la intervención. Es muy importante protegerse del sol durante el primer mes después de la cirugía para evitar que puedan quedar marcas permanentes.
  • Se recomienda no practicar deporte durante el primer mes después de la cirugía.

¿Qué resultados voy a obtener?

  • En la mayoría de los casos los resultados se mantienen muchos años o son permanentes: las bolsas no suelen reaparecer, y el resultado del párpado superior se mantiene también (siempre que el paciente se proteja adecuadamente del sol cuando toca y no fuerce la vista, ya que con los años puede provocar que la piel vuelva a cederse).
  • Hay que recordar que esta cirugía no soluciona las denominadas «patas de gallo».
  • En el párpado inferior, una piel excesivamente tensa como resultado no se considera algo armónico ni natural, es mejor que persista alguna leve arruga que permita abrir y cerrar los ojos de modo más natural.

Posibles efectos adversos

  • No hay ninguna técnica quirúrgica que esté exenta de complicaciones, pero los últimos avances hacen que cada vez sea más seguro operarse.
  • Aunque es infrecuente, durante las primeras horas después de la cirugía puede formarse un hematoma quirúrgico, y algunas veces requiere su punción o evacuación.
  • Raramente se puede producir una infección en el postoperatorio, y se realiza prevención mediante la prescripción de antibióticos y colirios.
  • El riesgo clásico de la blefaroplastia inferior por vía externa es que el ojo quede demasiado abierto, como redondeado, por retirar demasiada piel sobrante. Es lo que técnicamente se denomina ectropion, por eso es importante que el paciente entienda que es más natural que quede alguna tenue arruguita. En la blefaroplastia inferior por vía transconjuntival el riesgo de ectropion se ve reducido prácticamente a cero.
  • Esta intervención es de las más solicitadas en hombres y mujeres por la excelencia de los resultados y la recuperación rápida que aporta cuando se respetan criterios de prudencia y naturalidad.

¿Para quién está indicado?

Para todas aquellas personas que quieren resaltar y embellecer su mirada de una forma rápida y definitiva, al corregir el exceso de piel y/o grasa («bolsas») en sus párpados.

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